→ Una regla sencilla para evitarlo es preguntarse: Si esta persona estuviera presente, ¿dirías lo mismo virtualmente?
→ La clave en este aspecto, es respetarnos y cuidarnos, dedicar unos minutos a calmar el estado emocional, responsabilizarnos de él y, en consecuencia, actuar en base a un “para qué” en el que abordemos nuestras necesidades y opiniones de forma asertiva.
→ Enviar comunicaciones online en horario no laboral debe considerarse como si estuviéramos haciendo una llamada o una reunión en un momento inadecuado. Respetar los límites horarios es esencial para el uso de la tecnología.
→ Es muy conveniente mantener interacciones sociales “cara a cara“: apaga el dispositivo cuando sea posible.
→ Si nos encontramos en la situación en la que asertivamente, tenemos que defender una idea/persona/tema recomendamos la atención personal con una llamada de voz o un mensaje de texto en el que expresemos la necesidad de “hablar” personalmente y por los medios adecuados. Esto es para evitar malentendidos relacionados con los mensajes de texto.
Las redes sociales permiten comunicarse y mantener relaciones más allá de la presencia.
Sin embargo, algunas interacciones son problemáticas y a veces desembocan en verdaderas discusiones.
Nuestro pensamiento, como señala Daniel Kahneman, procede en dos direcciones: está el pensamiento instintivo, irracional e hiperemocional y está el pensamiento más meditado y reflexivo.
En las redes sociales prevalecen las emociones del momento y la rapidez. Uno no tiene la oportunidad de pensar – la solución sería parar y reflexionar para no responder instintivamente, sino sopesando las acciones de comunicación según el “First Weigh Then Post”.
La invitación es a utilizar el “pensamiento lento”, que distingue, compara, verifica y no se deja desviar por el momento. Como nos sugiere Austin (1975), la comunicación debe transformarse en un espacio de relación acogedor y educativo, no conflictivo.
Los usuarios de la red experimentan un deseo de conformidad que les lleva a adaptarse a lo que dicen los demás para evitar situaciones conflictivas, a menudo proporcionando nuestra aprobación sin profundizar en los seguidores sólo de contenido.
Si estalla un conflicto en Internet, ¿cómo limitarlo?
Recomendamos utilizar una escritura asertiva, adaptada al lector, al objetivo de comunicación y al contexto.
También es muy importante volver a leer lo que se ha escrito, tomarse tiempo para reflexionar y encontrar maneras de confrontar en persona.
Enseñanza Interacción y colaboración en línea
Para enseñar a los alumnos a interactuar y colaborar eficazmente en un entorno en línea, es importante reproducir y analizar los comportamientos en línea en clase, para mostrar cómo la agresividad y la comunicación hostil pueden afectar a los sentimientos y al bienestar mental de otras personas.
Todas aquellas técnicas de enseñanza que favorecen el trabajo en equipo y la empatía son, por tanto, especialmente eficaces para ayudar a los alumnos a adquirir las competencias abordadas en este módulo.
Aquí tienes una lista de técnicas y herramientas digitales que pueden ser útiles cuando quieras abordar estos temas:
Título: De la comunicación en línea a la comunicación cara a cara
Objetivo(s) de aprendizaje: al final de la actividad, los alumnos comprenden la diferencia entre la comunicación en línea y cara a cara y aprenden a identificar las distintas emociones que se esconden tras la comunicación conflictiva en línea. Practican cómo comunicar lo que piensan de forma no ofensiva.
Ejecución:
Title:Primero pesa y luego postea¡
Objetivo(s) de aprendizaje: al final de la actividad, los alumnos aprenden a identificar las distintas emociones que se esconden tras la comunicación conflictiva en línea. Comprenden la diferencia entre el pensamiento instintivo y el lento, y practican la negociación frente al conflicto.
Ejecución: