La regulación emocional se considera una habilidad muy importante ya que puede ayudar a los individuos en su vida personal, social y profesional.
La inteligencia emocional es la capacidad de reconocer, nombrar y gestionar nuestras propias emociones y las de los demás. Hay tres áreas principales de las que podemos aprender para desarrollar habilidades en: nosotros mismos, otros y nuestro contexto. En estas áreas, podemos empezar siendo conscientes de nuestras propias emociones y las de los demás, comprendiéndolas y, por último, ser capaz de influenciarlas. La Academia de Inteligencia Emocional ha desarrollado un modelo de inteligencia emocional de 4 elementos y 12 habilidades:
Consciencia propia:
Autogestión:
Consciencia social:
Interacción social:
Fuente: Emotional Intelligence is Simple por Harry Lansley