Pasar demasiado tiempo delante de una pantalla podría asociarse a una peor alimentación en los niños y a una peor salud ocular debido a la luz azul de las pantallas. La participación en actividades online, en detrimento de las offline, podría afectar a la salud mental, incluida la ansiedad, y a problemas de comportamiento como la agresividad o la irritabilidad al intentar alejarse de la tecnología.
También existen vínculos entre el aumento del tiempo frente a la pantalla y los resultados negativos para los adultos, como los efectos negativos sobre la dieta (comida basura), la salud ocular (luz azul de las pantallas), la salud mental, como la ansiedad, la depresión y la soledad, y la salud general, como la fatiga, la disminución de la actividad física y el aumento de peso.